La Dra. di Fórbole estaba allí, metida en la fuente, húmeda, con la camiseta mojada, observando atónita a aquella mujer desconocida. De pronto el cielo se iluminó y después estuvieron un rato pitándole los oidos. Se había producido una explosión a lo lejos, en el horizonte.
-¿Y quién es su hija, señora que para en seco para añadirle dramatismo a la conversación?- dijo la Dra.
-Querida Dra, me impresiona que usted no lo haya deducido ya...
-Perdone y disculpe: llevo varios meses atrapada en una nave espacial bajo los efectos de todo tipo de drogas, teniendo todo tipo de alucinaciones, la mayoría con erótico resultado, y acabo de caer de una altura sin fin. Creo que no estoy para pensar 8salvo en sexo)
-Doctora, si viene conmigo se lo explicaré.
Comenzaron a dar andar por las desiertas calles del pueblo, entre sus casas blancas. la Dra no sabía si había despertado o continuaba en un sueño, por que no entendía nada.
-Hace muchos años- comenzó la mujer- este pueblo estaba lleno de vida. Había muchas familias, mucha riqueza y por supuesto, lugares, muchos lugares. Yo era joven, guapa, lista y abogada. También era codiciosa, he de admitirlo. Tan codiciosa que un error me hizo abandonar el pueblo sin mirar atrás. Pero cuando menos me lo esperaba me quedé embarazada. y no de una, sino de 2 criaturas. Sin embargo, y como si de un maleficio se tratara, tuve que abandonarlas a su suerte, para que no las persiguiera la maldición que perseguía a su madre.
...Una de ellas cayó en manos de unos frailes, y en cuanto pudo empleó todo su tiempo en hacer buenas obras por el mundo, como voluntaria de todo tipo de ONGs.
...La otra cayó en manos de una poderosa familia, y se convirtió en una exitosa estudiante de veterinaria.
...Pero yo no podía soportar la separación de mis hijas durante más tiempo. tenían que saber que su madre las quería. y también que su madre tenía algoq ue les pertenecía por herencia. Así que en su cumpleaños quise comunicarme con ellas. con la primera me fue imposible, pues fui incapaz de descubrir su paradero. pero la segunda... supongo que ya sabe de quien estoy hablando. Era alumna suya en la facultad, en Tulancia: Elisa Antonia.
...Consegí comunicarme con ella de la manera más misteriosa posible, y guardó el secreto hasta el trágico día de su muerte. En ese momento supe que tenía que ponerme en comunicación con mi otra hija como fuera. Tardé meses en dar con ella, pero finalmente la encontré, en plena selva amazónica, y hasta allí llevé mi mensaje. Ahora tengo que conseguir reunirme con ella, pues la acecha un gran peligro, y no puedo permitir que la maldición se cumpla. Pero para eso necesito su ayuda ¿Está dispuesta a ayudarme, Dra.?
-Por supuesto, pero ¿no conocerá a algún hombre, mujer, animal, vegetal u objeto por aquí, no? Comprenda usted que llevo meses en dique seco y me acaba de soltar usted una chapa mortal.