FLASHFORWARD, año 2035:
Vitorino della Constanza estaba con las portuguesas en ese agujero, rodeado de joyas. Con el corazón de diamante azul en la mano, apenas se dió cuenta de que estaba encima de un cuerpo momificado. Pronto se dió cuenta de que se trataba de su querida y añorada amiga Zhenia Julieta, quien murió sospechosamente durante el rodaje de un programa de televisión.
Pero ¿qué hacía allí enterrada? Él había asistido al entierro en el cementerio general de Tulancia, había visto bajar el ataud. No entendía nada.
Por eso de pronto se dió cuenta que Zhenia Julieta sostenía un papel entre sus manos. Cuando lo cogió su mirada se llenó de horror. En el papel estaban escritas las palabras "Olivio y Evaccia me han traicionado, me enterraron viva".
No lo podía creer. Su amiga había estado allí, enterrada, pasando el mayor calvario de la historia. No lo podía permitir. Pero ¿qué podía hacer? La máquina del tiempo estaba prácticamente destruida, y no podía volver atrás al lugar que había partido a salvar a Zhenia Julieta, pues si se encontraba con su otro yo se crearía una paradoja espacio-temporal y el universo se destruiría.
Entonces miró el diamante que tenía entre sus manos y recordó algo.
-Rápido, al Vipimovil- le dijo a las portuguesas.
Y juntos se montaron en el primer autobús que pasó. Vitorino, en ese futuro lejano, compartía casa con la que en el pasado había sido una de sus mejores amigas, Carmellina Esplota Mispló, que con el tiempo hab´´ia ido perdiendo su figura, había ido gganando moño y se había hecho cantante de éxito. Carmellina estaba casada con el antiguo compañero de piso de Vitorino, y juntos habían tenido un hijo apasionado por Beyoncé, Bob Esponja y la sangría.
Una vez allí Vitorino entró a su habitación, y revolviendo entre los cajones encontró una réplica exacta del diamante, la que compró hacía años en el viaje hacia la tumba de su hermana. En la cajita del diamante había un pequeño escrito, contando toda la historia de como el diamante se perdió en el gran incendio de Gaernitia.
Vitorino decidió investigar más por internet. Descubrió que el diamante había sido encontrado de nuevo en una excavación, sacado a subasta y comprado por un coleccionista. Poco después tanto el diamante como el coleccionista desaparecieron.
Vitorino no pudo salir de su asombro al ver quien era el coleccionista.
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