jueves, 12 de noviembre de 2009

Capítulo 5, cuarta temporada: cuando el destino nos alcance.

Como productora del programa de más éxito de la televisión del momento Evaccia Moirina estaba totalmente excitada. El último programa de "Hablando con Madi" en el que Leyre Cristina había desvelado que estaba embarazada de Rodolfo Maher habí sido todo un éxito de audiencia.

Se encontraba en uno de los edificios de rascacielos recién construidos al lado de la facultad, donde tenía su residencia en el piso 69. Allí descansaba tranquila, en su sofá, contando fajos y fajos de billetes sin fin. De pronto su mayordomo la anunció que había una serie de chicas esperando en la puerta para hablar con ella. La verdad es que pasaba de hablar con la plebe, pero la situación le hizo gracia y las dejó pasar.

De pronto en su salón apareció un grupo de adolescentes (o en su defecto mujeres muy bien conservadas) todas ellas con una característica común: una carpeta que abrazaban a su propio pecho.

-¿Qué quereis? Está a punto de empezar Love Thrill y no me lo quiero perder. Hoy es el día del personaje especial elegido por el público y yo he votado por Marisa Tomei.

-Misis Moirina, venimos a pedirle ayuda, estamos tratando de resolver el caso de la desaparición de la Dra. di Forbole- dijo la carpetera #1.

-Eso es algo que no teneis que hablar conmigo, si quereis ayuda deberíais hablar con Madi y acudir a su programa a contar vuestra experiencia.

-No, no lo entiende- contestó la carpetera #2- creemos que la desparición de la Dra. di Forbole tiene algo que ver con su compañía.

-¿Con mi compañía? ¡Qué estupidez!

-Tenemos sospechas de que alguien de su compañía raptó a la doctora- dijo carpetera #3.

-¿Me estais acusando?

-¡No, a usted no!- se apresuró a decir la carpetera #5- creemos que ha sido alguien de su compañía, pero no sabemos quién ni porque.

-¡Basta de tonterías! Conozco cada rincón de mi compañía a dedillo, desde el plató de cada programa hasta el cuarto de la limpieza de Caritas, y la Dra. di Forbole no está escondida en ninguno de esos lugares. Ahora marchaos de aquí, no estoy dispuesta a que se viertan acusaciones sobre mi compañía en mi propia casa.

Y expulsó a las carpeteras, no sin antes rociarlas con un puñado de sal.

Evaccia Moirina se acercó al ventanal de su casa y miró al cielo nocturno, a las estrellas. Evaccia no lo sabía, pero las carpeteras tenían razón. Y sin darse cuenta estaba mirando al único lugar de su compañía que no había visitado.

ESTACIÓN ESPACIAL SATÉLITE H.U.L.L.U.M

En el año 2006 la productora de Evaccia Moirina había lanzado al espacio un complejo satélite con el que poder emitir sus programas a todo lugar del mundo. No solo era un satélite, sino también una estación espacial que podía acoger hasta a 20 personas, con la idea de realizar un futuro pseudo gran hermnano estratosférico.

Dos astronautas contratados se encontraban siempre en la estación, pero había alguien más.

Flotando, sin gravedad, sedada permanentemente, se encontraba la Dra. di Forbole, en una sala especial. En su estado crepuscular tenía todo tipo de sueños y delirios, algunos de ellos premonitorios. Soñaba que estaba capturada, en una celda, en una cama altísima. Soñaba con bodas falsas, con pelos fosforescentes, con fiestas de Halloween, con abrigos de piel que la perseguían.

Pero los captores no sabían es que muchas vece, mientras ellos dormían, la doctora despertaba, y en un estado semiconfusional se dirigía hacia los ordenadores de a bordo y contestaba las cartas que sus fans enviaban a su consultorio.

La última noche la Doctora di Forbole tuvo un sueño premonitorio más: había viajado, viajado en el tiempo a un futuro lejano, donde todo había cambiado, su facultad querida estaba en ruinas y las torres de rascacielos se habían multiplicado. En ese sueño maldito vio como un muchacho y una anciana se acercaban a ella, en mitad del descampado que antes había sido el parking de la facultad.

La anciana le resultaba familiar. Su pelo era gris y estaba llena de arrugas, pero sin duda era ella: Zhenia Julieta. Y el muchacho era inconfundible: pantalones de Bob Esponja, cara de niña perdida... Era Vitorino della Constanza. Vitorino puso voz de supemisterioso y dijo:

-Docotora di Forbole, no todo es lo que parece....

Y en ese momento la Doctora di Forbole abrió por fin los ojos, despierta completamente de su sueño interminable, y vió que estaba flotando, en esa nave espacial, y que volvía a ser ella, y dijo:

-¡Hay que joderse!

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