Corinna seguía en el baño, muda. Los pies no se habían movido. No eran unos pies normales. Estaban pálidos y tenían hilillos de sangre coagulada que caía por los tobillos. Así que Corinna no se movía.
Pero de pronto los pies avanzaron hacia la letrina y el cuerpo golpeó la peurta, haciendo que todo se moviera. Pero no hizo nada más, volvió a quedarse quieto, solo que esta vez más cerca. Los dedos pasaban ya por debajo de la letrina.
De pronto el movil de Corinnna comenzó a sonar, y entonces aquel ser que hasta ese momento había estado callado comenzó a gruñir con fuerza y a golpear bruscamente la puerta. Corinna pensaba que la iba a tirar abajo. De pronto unos brazos asomaron por debajod e la puerta y la agarraron por el tobillo. Corinna lanzó un grito, se levantó e intentó escabullirse, pero la mano la agarraba con fuerza, y no la soltaba a pesar de que le daba pisotones.
Finalmente consiguió zafarse, se subió la taza del WC y después escaló por encima de las letrinas. Por fin pudo ver quien era aquel ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario