Érase una vez en una ciudad lejana una joven muchacha que estudiaba en una facultad de veterinaria. A pesar de tener todo lo que podía desear la muchacha era egoista, déspota y consentida. Pero un día de primavera llegó a la facultad una sangriada. Y le ofreció un simple mini de sangría a cambio de que disfrutara de la vida. Descontrolada por el efecto del alcohol la muchacha continuó bebiendo sin fin y decidió subir un montículo. Sus amigas le intentaron avisar de que no se dejara llevar por las apariencias porque el veraddero chuzo llega cuando menos te lo esperas. Y cuando volvió a beber su cerebelo seconvirtió en un órgano inútil, dando paso a una ataxia total. La muchacha trató de mantener el equilibrio, pero ya era demasiado tarde, pues en su hígado solo había alcohol. Y como resultado se tambaleó y cayó encima de los minis, convirtiéndose en tetitas húmedas y transformando en carpeteras a todas sus amigas. Avergonzada por su situación, fingió que nada había ocurrido, y juntas convirtieron su ira en fanatismo hacia la Dra di Forbole y forraron sus carpertas con fotos suyas. La Dra di Forbole era en realidad una experta en sexo, que permanecería secuestrada hasta que alguien la encontrara. Si eran capaces de descubrir donde estaba cautiva la doctora antes de que se volviera casta volverían a ser populares, si no, permanecerían condenadas al anonimato húmedo para siempre. Al pasar los cuatrimestres tetitas húmedas comenzó a impacientarse y perdió toda esperanza pues ¿Quién iba a ser capaz de encontrar a la Dra. di Forbole?
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