Carolo Marstoni y Soletati Destinni Chaild viajaban en su Ford Mustang. En el asiento de atrás, Manuelo Parisio miraba el paisaje de la Toscana, distraido.
Carolo y Soletati habían sido los elegidos para una misión secreta. Tenían que seleccionar a una serie de personas con dones especiales. Con dones que solo ellos tuvieran. Y por eso se dirigían a Tulancia: allí estaba la Dra. di Forbole, la mayor experta en fisiología aviar. Sin embargo, había un problema: hacía meses que había desaparecido, nadie sabía donde estaba.
Tras un tiempo detrás de los principales sospechosos de su desaparición, habían decidido seguir los pasos de su estrambótico club de fans: las que se hacían llamar Las Carpeteras y su líder, Tetitas Húmedas. Ellas les habían dado la clave: la doctora había sido raptada por el canal de televisión local. Al parecer ese canal estaba haciendo una fortuna a base de hablar de noseque escándalo, y la Dra. di Fórbole, aunque no lo sabía, tenía la respuesta al misterio que pondría fin a la gallina de los huevos de oro.
El satélite espacial donde habían escondido a la doctora se había desplomado hace semanas sobre los propios estudios del canal de televisión, provocando una masacre, pero corrían rumores de que la doctora seguía viva, y si eso era cierto, tenían que encontrarla.
Sin darse cuenta estuvieron a punto de atropellar a un muchacho que hacía autostop. Cuando se pararon para ver que tal estaba, el muchacho puso ojitos de misterio, y sin hacer presentaciones dijo:
-Yo os puedo guiar hasta donde está ella.
Acto seguido subió al coche.
Carolo y Soletati se miraron extrañados. Levantaron los hombros y decidieron seguir el camino. Al fin y al cabo habían recogido ya a Manuelo Parisio que simplemente les había prometido una fiesta desenfrenada sin ningún control.
Más tarde sabrían que el chico al que habían recogido no era otro que Rodrigo manuel Alfredo Cashiragui.
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